13 de agosto 1999
Jaime Garzón permanece en la
memoria de Colombia como un constructor de paz y promotor de una cultura
política y crítica a través del humor. Jaime Hernando Garzón Forero, nació el
24 de octubre de 1960, en Bogotá. Estudió derecho en la Universidad Nacional de
Colombia, aparte de formarse profesionalmente como abogado, es recordado por su
faceta como humorista y periodista. Jaime, tenía el talento para realizar
personajes que representaran la vida política nacional con un sentido del humor
particular.
Su
carácter se distinguió a través del sarcasmo y la ironía sobre la realidad
colombiana. Los programas más representativos y de carácter político en los que
participó, fueron “Zoociedad”, emitido entre 1990 y 1993, “Quac el noticiero”
entre 1995 y 1997 en Canal Uno, donde inmortalizó algunos de
sus personajes más reconocidos como Dioselina Tibaná, Néstor Elí,
Godofredo Cínico Caspa, John Lennin, Quemando Central, Emerson de Francisco e
Inti de la Oz, y en 1997 creo el personaje por el que hoy gran parte del país lo
recuerda: Heriberto de la Calle, primero en “La Lechuza” luego
en el noticiero; y en la emisora Radionet, que sería su
último trabajo en medios de comunicación.
De
alcalde menor a mediador de paz
En
1988 fue nombrado alcalde menor de la localidad de Sumapaz, luego fungió como
mediador entre el gobierno y las FARC, para la liberación de civiles
secuestrados y participó en una comisión de paz para los diálogos con el ELN.
Su imagen como un analítico que buscaba la paz y un humorista crítico ante la realidad
política colombiana se fue consolidando y sus discusiones cobraron un sentido
de defensa y reflexión por y hacia la gente. Jaime se consideró a sí mismo como
una persona con esperanza por una mejoría de la realidad del país y un ser con
voluntad de trabajo por los demás, decía:
“Yo
soy aburridísimo: creo en la vida, creo en los demás, creo que este cuento hay
que lucharlo por la gente, creo en un país en paz, creo en la democracia, creo
que lo que pasa es que estamos en malas manos, creo que esto tiene
salvación”.
Gracias
a su capacidad para el humor, su creatividad y fuertes críticas, se
convirtió en uno de los periodistas y humoristas más famosos en la historia de
Colombia, lo que le valió rodearse de muchos amigos, pero también de enemigos a
quienes no les convenía las ideas, las críticas, la búsqueda de paz que se
pretendía y sobre todo la verdad:
“Lo
que yo estoy haciendo es...es un práctica conceptual que es decir la verdad,
las cosas hay que llamarlas por la verdad, en este país no llamamos las cosas
de verdad ¡nunca!...Ni en política, ni en la vida real”
Asesinato
El
13 de agosto de 1999 en horas de la mañana, Jaime Garzón se dirigía hacia su
trabajo en la sede de Radionet, ubicada en el barrio Quinta Paredes de Bogotá,
cuando fue interceptado por dos sicarios que se movilizaban en una motocicleta
con placas ocultas. Al llegar al semáforo de la Carrera 42B con 22F, le
propinaron 5 disparos causándole la muerte. Este magnicidio como otros fue un
crimen de agentes del Estado en alianza con paramilitares, ordenado por Carlos
Castaño, a quien se le catalogó como el autor intelectual en conjunto con el
Departamento de administración de Seguridad (DAS), la policía, empresarios
antioqueños y miembros de las Fuerzas Armadas. Miembros de la banda denominada
“La Terraza” perpetraron el crimen,los cuales, estaban al servicio del
narcotraficante y paramilitar Diego Fernando Murillo alias “Don Berna”.
En
el año 2004, se encontró a Castaño culpable y se le adjudicó el crimen al
Estado Colombiano. En 2009, el paramilitar Freddy Rendón alias “El Alemán”
aseguró que el crimen fue en favor de oficiales del ejército. Recientemente el
paramilitar Libardo Duarte confirmó que el ex subdirector del DAS José Miguel
Narváez, dió orden de asesinar a Jaime acusándolo de ser un guerrillero del
Ejército Popular de Liberación (EPL). El crimen de Jaime tiene demasiados
actores vinculados, como quienes hicieron interceptaciones ilegales, desviaron
pruebas, o irrumpieron procedimientos desde la institucionalidad. Todo esto ha
dejado en evidencia las afirmaciones de Jaime:
“Los
paramilitares son la clara demostración de que entre el Estado tradicional y la
delincuencia hay un silencioso pacto”.
El
homicidio de Jaime continúa impune, ante todo por la falta de sanciones a
políticos, militares o empresarios. El asesinato de testigos y perpetradores,
no permitió que se le diera claridad a los hechos. Por otro lado, las razones
por las que fue asesinado van más allá de falsas acusaciones o más allá de la
comedia, se le consideraba como un proyecto político, porque había una
severidad en sus palabras dados sus análisis de la realidad colombiana, de la
que al mismo tiempo se burlaba, los temas que más tocaba era la política junto
al papel del Estado, decía que:
“Tiene
dos problemas graves el Estado colombiano… o no existe, o existe fuertemente,
por ejemplo, el estado existe cuando se trata de cobrar impuestos, la policía
atropellar, el ejército impedir, está claro lo de la matanzas de campesinos en
el Guaviare…todo eso, está claro que el Estado existe, en Urabá cuando fuerzas
extrañas que de noche se visten de civiles salen y asesinan campesinos (…) ahí
existe el Estado, uno lo ve… y está claro que el Estado no existe cuando se
trata de primero brindar seguridad social, segundo, el derecho al trabajo,
tercero, el derecho a un buen nombre, cuarto, el derecho a una nacionalidad
limpia, no existe, no existe el Estado”
Y
también frente a la violencia multilateral indicaba que:
“En
Colombia, la pregunta es: ¿quién nos va a matar?, ¿los guerrilleros, los
paramilitares, los narcos o los políticos?”
El
asesinato de Jaime es un Crimen de Lesa Humanidad y una ejecución
extrajudicial puesto que está enmarcado en un ataque generalizado y sistemático
desde la institucionalidad, legitimado por la extrema derecha del país; de
modo, que existen factores estructurales evidentes de impunidad y de violencia
en este caso. Con la muerte de Garzón se victimizo el pensamiento crítico y la
libertad de expresión, se estigmatizó la opinión y las posibilidades de realizar
paz. Siempre realizo la invitación a cuestionar la realidad e indicaba que la
sociedad colombiana necesitaba organizarse civilmente y dejar de ser
fragmentaria:
“El
problema de los colombianos es que no tenemos una conciencia colectiva. Tenemos
una posición cómoda e individual ante la vida”
Su
invitación no solo era para hacer una sociedad concientizada o reflexiva,
además quería motivar a lo jóvenes a emprender acciones por el futuro
del país:
“Entonces
unos les dice: hermanos, hay que ponerse en la onda de transformar el país de
cambiarlo… Y dicen: no, es que no hay líderes. ¿Ustedes que están esperando?,
¿que vengan a solucionar el problema que somos nosotros mismos? Si ustedes los
jóvenes no asumen la dirección de su propio país, nadie va a venir a salvárselo,
nadie, nadie, nadie”
Jaime
Garzón desafió la indiferencia del país, fue una mente abierta al cambio y la
difusión y crítica de los hechos. Al día siguiente de su asesinato, su
cuerpo fue acompañado por 300.00 mil personas en la Plaza de Bolívar en Bogotá.
A pesar del tiempo su figura sigue preservada en forma de las esculturas
de el humorista portando la bandera e Colombia y de Heriberto su personaje más
entrañable, las cuales, se encuentran hoy en Bogotá.
Legado
Jorge,
Alfredo y Marisol Garzón, hermanos del periodista, crearon la marca Jaime
Garzón Forero, de los tres, Marisol ha sido principal abanderada de la
preservación digna de su memoria. El 13 de agosto de cada año se celebra
el Día del Humorista en Colombia a manera de homenaje, se han realizado murales
por parte del colectivo Mal Crew y obras teatrales como “El Corruptour”, entre
otros, que dejan viva la presencia y las ideas de Jaime, como lo expresa una de
las frases más significativas que pronunció, retomando la traducción realizada
por los indígenas Wayuú del artículo 11 de la Constitución política:
” Nadie
podrá llevar por encima de su corazón a nadie, ni hacerle mal en su persona,
aunque piense y diga diferente”.
Jaime Garzón en la memoria
Jaime Garzón Sin Olvido