martes, 13 de enero de 2015

25 años de la desaparición forzada de 43 campesinos en Pueblo Bello

14 de enero 1990 - 14 de enero 2015 

Hoy conmemoramos un aniversario más de la desaparición de 43 campesinos de Pueblo Bello. Para los familiares son 25 años de trabajo en búsqueda de la verdad, la justicia y la reparación por el daño causado. En el camino hemos encontrado resultados satisfactorios a nuestra lucha, pero continúa la incertidumbre por la ausencia de nuestros seres queridos.

Hoy 14 de enero de 2015 nos reunimos para hacer memoria y honrar el nombre de nuestros seres queridos, hombres buenos y trabajadores víctimas de la desprotección del Estado. Hace 25 años familiares y habitantes de Pueblo Bello, Antioquia, le preguntaron de forma valerosa al entonces Capitán del Ejército, Fabio Enrique Rincón Pulido, por el paradero de los 43 campesinos de Pueblo Bello que fueron raptados por más de 60 paramilitares conocidos como “Los Tangueros”. En nombre de la fuerza pública acantonada en San Pedro de Urabá, él respondió: “en Pueblo Bello cambiaron vacas por gente”, haciendo referencia a un robo de 43 reses realizado por la guerrilla en diciembre de 1989 a paramilitares de la finca “Las Tangas” en Córdoba.

La desaparición forzada de los 43 campesinos ha quedado recluida en el pasado de la sociedad colombiana, sin embargo, para las familias es parte del pasado y también es parte de un presente lleno de incertidumbre al no saber del paradero de nuestros seres queridos. Es un presente colmado de preguntas sin respuesta y de miedo de volver a vivir un hecho tan triste.

Escuchamos en los medios de comunicación que lo ocurrido en México con los 43 estudiantes de Ayotzinapa ha conmocionado al mundo y la sociedad mexicana, logrando movilizar a expertos e identificar presuntos responsables en ese país. Sin embargo, en Colombia, después de 25 años, los familiares de los 43 campesinos desaparecidos forzadamente en Pueblo Bello seguimos exigiendo justicia y castigo a los verdugos que participaron y a todos los implicados de la fuerza pública permitieron este atroz crimen en la zona de Urabá.

Familiares de los desaparecidos y allegados a nuestra incansable búsqueda, tanto a nivel nacional como internacional, año tras año esperamos con optimismo que la justicia impere sobre los victimarios; lastimosamente, vemos con preocupación los pocos resultados obtenidos en la búsqueda de nuestros desaparecidos y la ausencia de identificación de la totalidad de los responsables.

Nosotros seguiremos exigiendo el derecho a conocer la verdad y el derecho a obtener justicia por el daño que nos han causado. La actual política del gobierno del Sr. Presidente Dr. Juan Manuel Santos con las víctimas ha sido publicitar medidas de reparación económicas, pero esto no es suficiente, es necesaria y urgente una reparación con verdad y con justicia.

Recordamos que el 9 de marzo de 2009 el Dr. Juan Manuel Santos, entonces Ministro de Defensa, en nombre del Estado de Colombia pidió perdón a los familiares y a la sociedad por los hechos del caso Pueblo Bello, en cumplimiento de una de las medidas de reparación ordenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia del 31 de enero de 2006, donde el Estado fue condenado por la Desaparición Forzada de los 43 campesinos. Sin embargo, han pasado 9 años desde que se dictó esta sentencia y aún las medidas de reparación siguen pendientes por cumplir. No existe para el caso de los 43 campesinos de Pueblo Bello voluntad política del Estado para reparar de manera integral y digna a las familias mediante lo dispuesto en la sentencia de la Corte Interamericana.

Ante estos 25 años de abandono del Estado, los valientes familiares y los ciudadanos que nos han acompañado mantenemos la esperanza de obtener justicia y ser reparados conforme lo ordenado por la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Creemos que la paz es posible y que para lograrla se necesita justicia. Nosotros seguiremos presentes y seguiremos luchando en memoria de los 43 campesinos desaparecidos forzadamente en Pueblo Bello, Antioquia, el 14 de enero de 1990.

Así fueron los hechos de la desaparición forzada de los 43 campesinos y así va el caso. Comunicado por la  Comisión Colombiana de Juristas 

Comunicado escrito por los familiares PueBllo 


Sus nombres: 


1. José del Carmen Álvarez Blanco
2. Fermín Agresott Romero
3. Víctor Argel Hernández
4. Genor Arrieta Lora
5. Cristóbal Manuel Arroyo Blanco
6. Diómedes Barrera Orozco
7. Urías Barrera Orozco
8. Jorge Fermín Calle Hernández
9. Jorge Arturo Castro Galindo
10.Benito Genaro Calderón Ramos
11.Juan Miguel Cruz (o Cruz Ruiz)
12.Ariel Dullis Díaz Delgado
13.Camilo Antonio Durango Moreno
14.César Augusto Espinoza Pulgarín
15.Wilson Uberto Fuentes Miramón
16.Andrés Manuel Flórez Altamiranda
17.Santiago Manuel González López
18.Carmelo Manuel Guerra Pestana
19.Miguel Ángel Gutiérrez Arrieta
20.Lucio Miguel Úrzola Sotelo
21.Ángel Benito Jiménez Julio
22.Miguel Ángel López Cuadro
23.Mario Melo Palacio
24.Carlos Antonio Melo Uribe
25.Juan Bautista Meza Salgado
26.Pedro Antonio Mercado Montes
27.Manuel de Jesús Montes Martínez
28.José Encarnación Barrera Orozco
29.Luis Carlos Ricardo Pérez
30.Miguel Antonio Pérez Ramos
31.Raúl Antonio Pérez Martínez
32.Benito José Pérez Pedroza
33.Elides Manuel Ricardo Pérez
34.José Manuel Petro Hernández
35.Luis Miguel Salgado Berrío
36.Célimo Arcadio Hurtado
37.Jesús Humberto Barbosa Vega
38.Andrés Manuel Peroza Jiménez,
39.Juan Luis Escobar Duarte,
40.José Leonel Escobar Duarte,
41.Ovidio Carmona Suárez,
42.Ricardo Bohórquez Pastrana
43.Jorge David Martínez Moreno








jueves, 8 de enero de 2015

Sin Olvido - Hortensia Tunja y Manuel Tao

8 Ene 2006 - 8 Ene 2015
 
A 8 años de la ejecución extrajudicial de los dos jóvenes, la impunidad prevalece en este caso, los militares del batallón “Cacique Pigoanza” que actuando bajo la oscuridad de la madrugada de aquel 8 de enero de 2006, en el caserío de Belén, municipio de Inzá, Cauca, dispararon sus fusiles cegando la vida de estos dos jóvenes, no enfrentan ningún tipo de sanción disciplinaria por su responsabilidad en este crimen de Estado, y evidentemente  no hay vinculación alguna de lo mandos del batallón, hoy generales activos.

Estos crímenes de Estado no pasan al olvido, los familiares de Hortensia, Manuel y del sobreviviente, William Cunacué, continúan afirmando el derecho a la verdad plena,  han vivido un proceso de duelo en el que la memoria es miel, es color, son textos, pinturas y sonidos; donde el encuentro en la solidaridad de comunidades, organizaciones sociales, redes de apoyo, del orden nacional e internacional, van trascendiendo del dolor a la alegría familiar y comunitaria, de la angustia a la esperanza, de la soledad a la solidaridad, del miedo al fortalecimiento organizativo. 

La presencia de Luz Marina Cuchumbé en La Habana da fe de la importancia de la memoria, de esa construcción del derecho a la justicia, que pasa más allá de lo barrotes de una cárcel.

Desde su condición de humildes campesinos afectados por una política de “seguridad democrática”, como familiares de víctimas se han constituido en asociación de familiares de víctimas de ejecución extrajudicial “Sembradores de Paz” y mantienen un rincón que ha ido creciendo con el tiempo, donde los jóvenes y los niños se encuentran en el efugio del saber. Ellos son hoy parta de una apuesta colectiva de la red CONPAZ, Comunidades Construyendo Paz en los Territorios, en la que confluyen más de 120 organizaciones que se encuentran desde hace más de 14 años.

Los familiares de estos jóvenes víctimas, con el transcurrir de estos 8 años, en sus encuentros, disertaciones, reflexiones determinan que sus familiares no son víctimas de la guerra, consideran que son víctimas de un crimen de Estado, un delito de lesa humanidad, premeditado, que generó una profunda afectación a sus familias y a la comunidad, porque después de ser ejecutados extrajudicialmente, la escena del crimen fue movida, los cuerpos de Hortensia y Manuel presentados ante medios de información radial, escrito y televisivo como guerrilleros dados de baja en combate, el sobreviviente William, privado de su libertad y procesado por los delitos de rebelión y terrorismo.

Por ello no declinan en su exigencia de verdad, justicia, reparación integral; un acto público de ofrecimiento de disculpas del batallón Caique Pigoanza no es suficiente y en nada significa reparación. A 8 años de caminar juntos y juntas, los familiares sus exigencias son claras, conocer los nombres de los más de 25 militares que participaron en este crimen, que públicamente, así como fueron presentados sus hijos asesinados, el gobierno colombiano se retracte y asuma su responsabilidad en este hecho. Que se declaren monumentos nacionales la casa de la memoria “el Refugio del Saber” y las “gruta de la Vida”.

Ellos afirman: "seguimos evocando la vida de nuestros hijos víctimas, en el trabajo con niños y jóvenes, en la casa de la memoria “Refugio del Saber”, peregrinando hacia la “Gruta de la Vida” lugar exacto donde fueron asesinados nuestros hijos. Aunque sentimos profundamente su ausencia en nuestros hogares, ellos siguen vivos en nuestras actividades comunitarias. En la defensa de nuestro territorio, en la constitución de la escuela de formación ambiental y en la conformación de la red pro-defensa del territorio hoy codiciado por su abundante agua, por el petróleo, por el oro, por los proyectos de construcción de la hidroeléctrica en río Negro.

La alegría de nuestros hijos está presente en los talleres de formación, en los recorridos y encuentros que sostenemos en la región, están presentes porque así  los sentimos, sus espíritus nos animan a continuar esta larga y difícil caminada por la vida y la paz. 



Hortensia Tunja y Manuel Tao presente en la memoria campesina de Inzá
Hortensia y Manuel caminantes por la Vida y la Paz, Sin Olvido

Sin Olvido