8 Ene 2006 - 8 Ene 2015 |
A 8 años de la ejecución extrajudicial de los dos jóvenes, la impunidad prevalece en este caso, los militares del batallón “Cacique Pigoanza” que actuando bajo la oscuridad de la madrugada de aquel 8 de enero de 2006, en el caserío de Belén, municipio de Inzá, Cauca, dispararon sus fusiles cegando la vida de estos dos jóvenes, no enfrentan ningún tipo de sanción disciplinaria por su responsabilidad en este crimen de Estado, y evidentemente no hay vinculación alguna de lo mandos del batallón, hoy generales activos.
Estos crímenes de Estado no pasan al olvido, los familiares de Hortensia, Manuel y del sobreviviente, William Cunacué, continúan afirmando el derecho a la verdad plena, han vivido un proceso de duelo en el que la memoria es miel, es color, son textos, pinturas y sonidos; donde el encuentro en la solidaridad de comunidades, organizaciones sociales, redes de apoyo, del orden nacional e internacional, van trascendiendo del dolor a la alegría familiar y comunitaria, de la angustia a la esperanza, de la soledad a la solidaridad, del miedo al fortalecimiento organizativo.
La presencia de Luz Marina Cuchumbé en La Habana da fe de la importancia de la memoria, de esa construcción del derecho a la justicia, que pasa más allá de lo barrotes de una cárcel.
Desde su condición de humildes campesinos afectados por una política de “seguridad democrática”, como familiares de víctimas se han constituido en asociación de familiares de víctimas de ejecución extrajudicial “Sembradores de Paz” y mantienen un rincón que ha ido creciendo con el tiempo, donde los jóvenes y los niños se encuentran en el efugio del saber. Ellos son hoy parta de una apuesta colectiva de la red CONPAZ, Comunidades Construyendo Paz en los Territorios, en la que confluyen más de 120 organizaciones que se encuentran desde hace más de 14 años.
Los familiares de estos jóvenes víctimas, con el transcurrir de estos 8 años, en sus encuentros, disertaciones, reflexiones determinan que sus familiares no son víctimas de la guerra, consideran que son víctimas de un crimen de Estado, un delito de lesa humanidad, premeditado, que generó una profunda afectación a sus familias y a la comunidad, porque después de ser ejecutados extrajudicialmente, la escena del crimen fue movida, los cuerpos de Hortensia y Manuel presentados ante medios de información radial, escrito y televisivo como guerrilleros dados de baja en combate, el sobreviviente William, privado de su libertad y procesado por los delitos de rebelión y terrorismo.
Por ello no declinan en su exigencia de verdad, justicia, reparación integral; un acto público de ofrecimiento de disculpas del batallón Caique Pigoanza no es suficiente y en nada significa reparación. A 8 años de caminar juntos y juntas, los familiares sus exigencias son claras, conocer los nombres de los más de 25 militares que participaron en este crimen, que públicamente, así como fueron presentados sus hijos asesinados, el gobierno colombiano se retracte y asuma su responsabilidad en este hecho. Que se declaren monumentos nacionales la casa de la memoria “el Refugio del Saber” y las “gruta de la Vida”.
Ellos afirman: "seguimos evocando la vida de nuestros hijos víctimas, en el trabajo con niños y jóvenes, en la casa de la memoria “Refugio del Saber”, peregrinando hacia la “Gruta de la Vida” lugar exacto donde fueron asesinados nuestros hijos. Aunque sentimos profundamente su ausencia en nuestros hogares, ellos siguen vivos en nuestras actividades comunitarias. En la defensa de nuestro territorio, en la constitución de la escuela de formación ambiental y en la conformación de la red pro-defensa del territorio hoy codiciado por su abundante agua, por el petróleo, por el oro, por los proyectos de construcción de la hidroeléctrica en río Negro.
La alegría de nuestros hijos está presente en los talleres de formación, en los recorridos y encuentros que sostenemos en la región, están presentes porque así los sentimos, sus espíritus nos animan a continuar esta larga y difícil caminada por la vida y la paz.
Hortensia Tunja y Manuel Tao presente en la memoria campesina de Inzá
Hortensia y Manuel caminantes por la Vida y la Paz, Sin Olvido
Sin Olvido
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