Foto: El Espectador- Rodrigo Grajales
Febrero 07 de 2013 - Febrero 07 de 2016
Alba Mery luchaba día a día por buscar la verdad, es así que fue parte de la Asociación de Familiares de Víctimas de Trujillo, en el Valle del Cauca, exigía el cumplimiento a los derechos de mujeres, hombres y niños de su comunidad, exigía verdad, justicia y reparación para las víctimas del paramilitarismo, en esta región a raíz de las masacres vividas entre 1.987 y 1.994 que dejaron más de 300 víctimas.
Hace tres años el 7 de Febrero de 2013, aproximadamente a las 8:00 de la mañana, Alba Mery Chilito fue asesinada por paramilitares. La lideresa social como todas las mañanas, llevaba a su nieto de 9 años al colegio; al dejarlo allí se dirigió al puesto de ventas que administraba en el parque recreacional, construido en honor a las víctimas de la violencia narco paramilitar, irónicamente estando en este lugar de salvaguarda de la memoria y dignificación de las víctimas, fue atacada por la espalada recibiendo varios impactos de bala que de inmediato la dejaron sin vida.
Meses antes, paramilitares le habían enviado innumerables amenazas en contra de su vida, y a pesar de las denuncias hechas por pobladores, organizaciones sociales y de derechos humanos y de los fallos de instancias internacionales de justicia como la CIDH, este grupo armado aun controla la zona urbana, rural y alrededores de Trujillo. Su insistencia en que no se sepa lo que pasó durante los años de la masacre sigue presente generando terror en los pobladores. Sin embargo Alba Mery con su fuerza de madre y abuela, asistía día a día al Parque de las Víctimas, allí sembraba flores en memoria de los cientos de asesinados, entre ellos su hija y dos familiares más, siempre estuvo pendiente de los procesos de reparación y además denunció constantemente la complicidad del ejército y la policía con el accionar paramilitar.
Precisamente, días antes de su asesinato Alba Mery estaba averiguando por el proceso de indemnización correspondiente a la solicitud hecha a través de la CIDH al Estado colombiano por el asesinato de su hija durante la masacre iniciada en 1.984, y que debido a la impunidad en este caso fue llevado a esta instancia internacional en la que años después, se logra condenar al Estado colombiano obligando al presidente de la época, Ernesto Samper, a pedir perdón a los familiares de las víctimas. De este fallo quedaron 12 conclusiones y 9 recomendaciones, de las cuales la mayoría no se han cumplido, una de ellas es paradójicamente, la de garantizar la protección de los testigos y familiares sobrevivientes y que claramente ha sido incumplida, una muestra de ello es el asesinato de esta luchadora comunitaria.
Lamentablemente Alba Mery murió sin ser reparada. Ahora su asesinato se suma a la lista de crímenes cometidos por las estructuras paramilitares que aun hoy, pasean por las calles de Trujillo y que siguen en la impunidad.
De acuerdo a las denuncias e informes arrojados por las organizaciones sociales y de derechos humanos, esta presencia curiosamente coincide con la actividad empresarial en diversas localidades donde se encuentra la multinacional Smurfit Cartón de Colombia. Aun hoy a 30 años después de la fatídica historia de Trujillo, seguimos viviendo en un país de masacres, de terror y de represión. El asesinato de Alba Mery no fue el único ocurrido en la región, el año pasado con ella más de 15 personas perdieron su vida.
Alba Mery, siempre será recordada por ser buena gente, por su servicio a los demás en la comunidad, una luchadora incansable por la defensa de los derechos humanos, una mujer recta, trabajadora y de gran resistencia. Los pobladores se mantienen en dignidad conservando la memoria y luchando por encontrar justicia, verdad y reparación. Hoy en el parque central de Trujillo el árbol símbolo de la memoria que no se calla a pesar del miedo, lleva el nombre de Alba Mery, ella sigue viva en el corazón de todas y todos.
Alba Mery Chilito en la memoria
Alba Mery Chilito sin olvido
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