17 de enero 2014 - 17 de enero 2016 |
A dos años del asesinato de Wilder Olave a manos de militares de la brigada 29 del ejército nacional de Colombia, peregrinaron las comunidades del Carmen de Viborá, Pedregal, San Antonio y la Palmera del municipio de Inzá; de Monserrate Huila y Bogotá, a cumplir uno de tantos sueños truncados por un accionar sistemático del aparato militar en Colombia, los llamados “falsos positivos” que en las normas del derecho internacional de los derechos humanos son concebidos como ejecuciones extrajudiciales. Se peregrinó desde el caserío de Carmen de Viborá de donde es oriundo Wilder y su familia y lugar donde fue asesinado el 17 de enero de 2014, al santuario de Nátaga, en el municipio de La Plata Huila.
Conmemoración a un año del asesinato de Wilder Olave |
Se partió con la ilusión de llegar al lugar donde Wilder soñó ir desde pequeño, recordando su alegría, su dinamismo, su compromiso en el colegio donde estudió, Wilder estuvo presente en la memoria de todos y todas quienes participaron en esta peregrinación.
Con el profundo dolor que despierta perder un ser querido en estas circunstancias, la alegría de Wilder se manifestó en la presencia de niñas, niños, jóvenes, adultos, personas campesinas, sencillas, humildes, honorables, soñadoras y constructoras de paz que evocaron su vida con este pequeño homenaje, así entonces con un acto litúrgico como signo de su espiritualidad e identidad de una de sus prácticas se compartieron interrogantes, impresiones, sensaciones, pensamientos, deseos por un país más justo, por una humanidad más humana, por un mundo más habitable donde no haya acaparadores, injustos, abusadores y explotadores de los recursos naturales; donde todos se junten y la vida sea respetada, donde no se asesinen los sueños de los niños, los jóvenes y las comunidades, donde los verdaderos habitantes de los territorios puedan vivir y existir en el con sus generaciones por venir, sin temores.
Conmemoración a un año del asesinato de Wilder Olave |
Estas intenciones motivaron la continuidad de la celebración por la vida de Wilder, en la que desde lo más profundo y sincero del ser se manifestó la angustia por el crimen cometido, por la impotencia sentida, por la rabia contenida de saber que el derecho a la vida no es más que un lema en un estado social de derecho que recurre a estas sistemáticas prácticas con el fin de demostrar eficiencia en su política de seguridad y prosperidad democrática.
La peregrinación como sentido de partida hacia un encuentro con algo, o alguien, convocó a la unidad, a la solidaridad, al acompañamiento, a hacer sentir menos dolor en el sufrimiento y a animar desde la fe y la esperanza la búsqueda de verdad, justicia y reparación de este hecho. Se cumplió con un momento de muchos que vendrán, en el que la palabra permitió el desahogo de una mujer, la madre de Wilder que en sus ojos empañados por las lágrimas manifestó, ”este es un momento inexplicable, es triste y doloroso, pero al mismo tiempo de alegría por haber cumplido uno de los sueños de mi hijo Wilder, no quiero quedarme sola, pero solo quiero reiterar como se lo aseguré a mi hijo el día de su muerte, no descansaré hasta ver justicia y saber la verdad de lo que le sucedió”.
En este bello territorio se manifestó la solidaridad con la familia de Wilder, con su comunidad y como en un pacto establecido quedo el compromiso y el reto desafiante de acompañar esta difícil pero digna caminada por el derecho a la justicia, a la verdad, a la reparación integral y a velar porque en Colombia, estos signos de esperanza que se encienden en la transformación del dolor por alegría, de tristeza en esperanza, de amargura en ilusiones, de la injusticia en verdadera justicia, de la mentira en verdad, sean los pasos por un país distinto y en paz, donde la población infantil no pierda el derecho a vivir su niñez con tranquilidad, donde la juventud pueda cumplir sus sueños educándose, recibiendo las oportunidades y reconocimiento que se merecen por su alegría, sus habilidades, su libertad, sus pensamientos, sin ningún tipo de temor; porque se muera de muerte natural, no por una criminal política de Estado que fractura la vida natural, que rompe el tejido familiar y comunitario.
conmemoración a un año del asesinato de Wilder Olave
Wilder Olave en la memoria de la juventud y pueblo de Inzá
Wilder Olave el joven alegre, bromista, estudioso y soñador, Sin Olvido
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