miércoles, 12 de diciembre de 2018

Mario Castaño Bravo y Hernán Bedoya


26 de noviembre y 8 de diciembre de 2017


La vida y rostros de Mario Castaño Bravo y Hernán Bedoya, líderes de restitución de tierras, siempre vivirán en la memoria, por la tenacidad de dos vidas que asumieron retos, que forjaron un compromiso con los demás, serán líderes que siempre perpetuarán la labor de trabajar por el territorio, la paz y la justicia socioambiental.

Mario dirigía procesos de restitución de tierras hacía más de 15 años, denunciando a los empresarios y grupos armados que se beneficiaban del despojo de tierras y el desplazamiento forzado con la operación militar y paramilitar, denominada, “Septiembre Negro” desde los años 90.

Desde entonces, Mario se formó como un líder de restitución y era miembro de Comunidades Construyendo Paz en los Territorios (Conpaz). Su labor lo llevo a denunciar amenazas en su contra desde 2013, desplazándose del territorio colectivo de Pedeguita, Mancilla; además de su labor como líder social era testigo de procesos judiciales en contra de empresarios palmeros, ganaderos y bananeros implicados como beneficiaros en las operaciones de los años 90.

Por estas razones, el 26 de noviembre de 2017 sobre las 8:00 pm en Belén de Bajirá en la zona de Biodiversidad Árbol de Pan, llegaron tres hombres armados a su vivienda y le propinaron siete disparos, quitándole la vida a los 58 años de edad, el hecho se dio, además, en medio de la conmemoración de un año de la firma del acuerdo de paz, reconociendo su implementación, el riesgo hacia líderes sociales y defensores de derechos humanos.

Posteriormente, el 8 de diciembre del mismo año asesinaron a Hernán Bedoya, el tercer integrante de Conpaz asesinado en 2017, junto a Mario y Emilsen Manyoma, para entonces, se contaba con aproximadamente 115 líderes asesinados, durante el año. Hernán era también líder de restitución de tierras en la zona de Biodiversidad Mi Tierra, territorio colectivo de Pedeguita y Mancilla.

Por su labor desde 2015 había sido blanco de amenazas por neoparamilitares en el territorio, puesto que, se había opuesto a la implementación de los proyectos agroindustriales por empresarios de la Sociedad Anónima denominada Asociación Agropecuaria Campesina (AGROMAR S.A), representada por Baldovno Mosquera Palacios, quien además contaba con el respaldo de la Agencia Nacional de Tierras (ANT) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC).

Las AGC o conocidas como el Clan del Golfo, han declarado como blanco de amenazas a los líderes de las zonas de biodiversidad y humanitarias que se oponen a los proyectos agroindustriales de AGROMAR S.A, pero también a proyectos ganaderos, palmeros, plataneros y bananeros que destruyen el territorio social y ambientalmente, pese a los graves daños que producen algunos empresarios optan por las tierras a cualquier costo, incluso, con alianza de grupos al margen de la ley.

A pesar de que a Hernán se le proporciono medidas de aseguramiento, un chaleco antibalas y un teléfono celular por la Unidad Nacional de Protección, el viernes 8 de diciembre a las 1:15 pm se le arrebato la vida y la humanidad a este líder social, mientras iba a caballo en Playa Roja, Riosucio, Choco, cuando paramilitares de las AGC dispararon 14 veces por la espalda, provocándole de forma inmediata la muerte.

Este asesinato beneficia a los empresarios que aun quieren despojar y que despojaron a los habitantes desde 1996 en el desarrollo de la operación “Septiembre Negro” por paramilitares y la Brigada XVII del ejército, donde, se ha pretendido una legitimidad por el territorio, en medio de la violencia, una vulneración permanente de derechos y una falta de garantías de retorno a los territorios, junto a una repetida revictimización.

Desde el 2016 se viene dando muerte sistemática a los líderes sociales, en medio de negociaciones de paz y posacuerdos, dichos asesinatos evidencian la incoherencia entre las mesas de negociación y los territorios, aún se clama por protección, derecho y validez de los derechos humanos y territoriales para toda la sociedad colombiana y especialmente a quienes entregan su humanidad por la defensa y mantenimiento de los mismos.

Hoy, Mario como Hernán son parte de la memoria y la lucha colectiva que no cesa, pero que sigue siendo impedida por diversos actores, la validez de sus acciones debe ser siempre recordada y dignificada, hoy son el rostro de quienes persisten por la paz y son la representación de las victimas que aún exigen justicia sin impunidad, para que esto no se repita nunca más.

Mario Castaño y Hernán Bedoya en la Memoria
Mario Castaño y Hernán Bedoya Sin Olvido


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