Enero 29 de 2002
El martes 29 de enero de 2002, en la finca “El Clavel”, ubicada en la vereda la Floresta, la familia de Eider Quiguanas se preparaba para compartir el almuerzo, éste fue interrumpido por alrededor de 50 militares, pertenecientes al FUDRA, Fuerza de Despliegue Rápido e integrantes de la brigada 3 y 7 del Ejército nacional.
Allí los militares ingresaron con insultos y solicitando los documentos de identidad a todos los miembros de la familia, posteriormente, los obligaron a acostarse boca abajo; en esta posición sus cabezas recibieron varios golpes con armas. Mientras tanto otros militares encerraron al hijo menor de la familia de 10 años y a dos nietos, uno de 9 y otro de 3 años en un cuarto de la casa.
El padre de Eider fue retirado del lugar en el que se encontraban los demás familiares y mientras era golpeado le hacían preguntas relacionadas con la guerrilla, pidiéndole la ubicación de este grupo insurgente a lo que él respondió que no sabía; de inmediato fue lanzado al suelo boca abajo y utilizando métodos de intimidación de dispararos cerca de los oídos diciéndole que lo hacían porque no les proporcionaba la información que querían.
Entre tanto otros militares llevaron a Eider de 17 años de edad a un estanque de peces donde intentaron ahogarlo sumergiendo su cabeza en el, simultáneamente fue golpeado múltiples veces, al sacar a Eider del estanque su rostro fue golpeado contra piedras, mientras otros militares pateaban su cuerpo, Eider rogaba para que lo dejaran de torturar pero los militares lo llevaron de nuevo a la casa, amarraron su cuello a una hamaca de hilo y entre 12 soldados, comenzaron a tirar de cada extremo intentando ahorcarlo al tiempo que lo golpeaban en el cuerpo.
Cuando por fin los militares cesaron las torturas contra Eider, este aprovechó para intentar salvar su vida corriendo alrededor de 80 metros, al darse cuenta, los militares le dispararon en las piernas, por lo que cayó herido, luego los miembros de la Fuerza Pública se acercaron al lugar en el que se encontraba tendido Eider y allí lo ejecutaron.
Los militares dijeron a la familia que lo asesinaban porque era un terrorista y fueron obligados a llevar el cuerpo de Eider en una mula hasta al filo de una montaña en donde un helicóptero del ejército se lo llevó, para luego ser presentado como guerrillero muerto en combate.
El padre de Eider se trasladó hasta el casco urbano del municipio de El Castillo denunciar lo ocurrido ante el Personero Municipal, Mario Castro Bueno. Mario dio curso a la queja ante las autoridades competentes y recaudó las pruebas necesarias para adelantar la investigación, pero el 1 de Noviembre Mario también fue víctima del terror siendo asesinado por paramilitares.
La familia de Eider, estando en condición de desplazamiento en Villavicencio se vio obligada a poner nuevamente una denuncia penal contra el Ejército Nacional ante la Fiscalía 31 especializada de Villavicencio en el año 2003.
En 2004 ésta denuncia fue trasladada a la Justicia Penal Militar, debido a que la Fiscalía 31 especializada de Villavicencio argumentó colisión de competencia.
En la Justicia Penal Militar los militares que estaban siendo investigados fueron absueltos de toda responsabilidad, dejando en la total impunidad la tortura, la ejecución extrajudicial y desaparición de Eider.
Siete años después, en 2011 la familia de Eider retornó a la finca de donde fueron desplazados, “El Clavel”, en donde hicieron una placa en memoria de Eider con la que dignifican su memoria.
Hoy corren años de impunidad sobre los múltiples crimenes de lesa humanidad cometidos este día, años en que sus familiares junto con la Comunidad Civil de Vida y Paz, siguen buscando con esperanza de encontrar justicia, verdad y reparación. Mientras los años pasan la familia Quiguanas no ha podido darle un último adiós a Eider en cristiana sepultura.
Eider Quiguanas Rumique en la Memoria.
Eider Quiguanas Rumique Sin Olvido.
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