28 de enero del 2000
Santa Cecilia es un
corregimiento del municipio de Astera en el centro de Cesar. Desde los años 80
se observó la presencia de grupos paramilitares y guerrilleros, los cuales, han
irrumpido la tranquilidad de los pobladores. El primer grupo armado en el
municipio fueron “LOS CHEPE”, tras su llegada los pobladores de Santa Cecilia y
zonas aledañas han tenido que soportar con dominación, los actos vandálicos que
se generaban en este territorio.
La presencia de las
Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, en esta región se remonta alrededor del
año 1996, la cual se expande en el año 1999, desde ese momento se genera una
ola de terror para los pobladores de Astrea, cuando se inician actos delictivos,
desapariciones forzadas y asesinatos selectivos.
El 28 de enero del año
2000, en las horas de la madrugada el Bloque Norte de las AUC comandado por el frente”
Juan Andrés Álvarez” irrumpen la tranquilidad del corregimiento de Santa
Cecilia, alrededor de 60 hombres que llegaron en camiones, plantaron un retén
militar en la entrada del corregimiento; y con lista en mano fueron solicitando
la cédula de los pobladores.
Los habitantes se
encontraban descansando, otros salieron de sus viviendas para observar lo que
acontecía; raptaron a 12 personas las cuales posteriormente y frente a los
pobladores del corregimiento fueron atadas por alrededor de 12 horas, siendo 11
de ellos abatidos por armas de fuego.
La primera persona a la
cual se le arrebato la vida en la masacre fue “José Alberto Peñaloza Lafaurie” quien,
aunque no se encontraba dentro del corregimiento de Santa Cecilia fue asesinado
en el camino por los paramilitares, José fue enterrado y descuartizado en la
finca donde ejercía labores de ganadería. Luego, 11 personas fueron asesinadas dentro
del corregimiento, sus nombres eran: Eulices Coronado Vidales, pescador y
agricultor de la zona, fue Inspector de policía en varias ocasiones y
presidente de junta de acción comunal, en el momento de la masacre tenía 59
años.
Eulices coronado García,
hijo de Eulices tenía 27 años y llego en octubre del año 1999 al corregimiento
para brindarle ayuda a sus padres en labores del campo; Luz Aida Marín tenía 32 años, madre de tres hijos, y
presidenta de los hogares de bienestar familiar, fue sometida al ataque de
perros en sus senos, rostro y manos; Humberto Marín asesinado por intentar evitar la muerte de Aida,
era un líder reconocido por ayudar a la
juventud, reelegido 3 veces como inspector de policía, primer inspector del corregimiento y miembro
de la junta de acción comunal.
Dalwin salcedo Rangel,
profesor de la escuela en Santa Cecilia, tenía 28 años de edad lideraba
procesos juveniles; Néstor Ortega Marín
en el momento de la masacre era el inspector de policía del corregimiento y
tenía 37 años; Ernesto Ortega Iturriago
padre del inspector de policía, tenía 66 años; Libardo Ortega Duran tenía 29 años y era agricultor y jornalero
del corregimiento; Eusebio Acuña Arrieta
tenía 29 años y era un pescador en el Rio
Cesar, José Barrera Andrade no pertenecía al corregimiento y fue asesinado
por no querer dar la leche que recolecto de sus vacas esa mañana y fue el último
muerto de la masacre a la entrada del corregimiento.
Antes de que se
retiraran, los perpetradores abusaron sexualmente de Katherine Marín,
introduciendo armas de fuego en su cuerpo; también quemaron sus casas, hurtaron
ganado, mercancía de almacenes, electrodomésticos y elementos personales, los
hechos fueron sucesores del desplazamiento forzado de 350 familias, los cuales,
se refugiaron en Valledupar, El Paso y Chiriguana, luego, se dio un retorno
progresivo puesto que aquí las personas aún conservaban su cultura, las fuentes
de su economía y el recuerdo de quienes se fueron.
El grupo paramilitar fue
comandado por John Jairo Esquivel, alias “El Tigre”, quien años después fue
condenado a 38 años de prisión, siendo sentenciado por delitos de homicidio
agravado y hurto calificado, posteriormente, en 2013 fue capturado el
desmovilizado paramilitar Víctor Manuel Hernández Ramos, alias Sabañón por la
presunta participación en la masacre.
Desde 2013 se inició un
proceso de reparación por parte de la Unidad para la Atención y Reparación
Integral a las Victimas (UARIV) y los hechos se documentaron por el Centro
Nacional de Memoria Histórica, CNMH. Santa Cecilia, se ha enmendado y renacido
de las cenizas de la destrucción paramilitar, que atormento y fracturo sus
vidas, el corregimiento realiza acciones de reparación simbólica para memorar y
reconstruir los hechos ocurridos ese fatídico 28 de enero, dando vida a una
posterior historia del corregimiento con nuevas generaciones.
Víctimas
de la Masacre de Santa Cecilia en la Memoria
Víctimas
de la Masacre de Santa Cecilia Sin Olvido
Foto: Nicolás Martínez
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