martes, 29 de enero de 2019

Masacre de Santa Cecilia


28 de enero del 2000

Santa Cecilia es un corregimiento del municipio de Astera en el centro de Cesar. Desde los años 80 se observó la presencia de grupos paramilitares y guerrilleros, los cuales, han irrumpido la tranquilidad de los pobladores. El primer grupo armado en el municipio fueron “LOS CHEPE”, tras su llegada los pobladores de Santa Cecilia y zonas aledañas han tenido que soportar con dominación, los actos vandálicos que se generaban en este territorio.

La presencia de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, en esta región se remonta alrededor del año 1996, la cual se expande en el año 1999, desde ese momento se genera una ola de terror para los pobladores de Astrea, cuando se inician actos delictivos, desapariciones forzadas y asesinatos selectivos.

El 28 de enero del año 2000, en las horas de la madrugada el Bloque Norte de las AUC comandado por el frente” Juan Andrés Álvarez” irrumpen la tranquilidad del corregimiento de Santa Cecilia, alrededor de 60 hombres que llegaron en camiones, plantaron un retén militar en la entrada del corregimiento; y con lista en mano fueron solicitando la cédula de los pobladores.

Los habitantes se encontraban descansando, otros salieron de sus viviendas para observar lo que acontecía; raptaron a 12 personas las cuales posteriormente y frente a los pobladores del corregimiento fueron atadas por alrededor de 12 horas, siendo 11 de ellos abatidos por armas de fuego.

La primera persona a la cual se le arrebato la vida en la masacre fue “José Alberto Peñaloza Lafaurie” quien, aunque no se encontraba dentro del corregimiento de Santa Cecilia fue asesinado en el camino por los paramilitares, José fue enterrado y descuartizado en la finca donde ejercía labores de ganadería. Luego, 11 personas fueron asesinadas dentro del corregimiento, sus nombres eran: Eulices Coronado Vidales, pescador y agricultor de la zona, fue Inspector de policía en varias ocasiones y presidente de junta de acción comunal, en el momento de la masacre tenía 59 años.

Eulices coronado García, hijo de Eulices tenía 27 años y llego en octubre del año 1999 al corregimiento para brindarle ayuda a sus padres en labores del campo; Luz Aida Marín  tenía 32 años, madre de tres hijos, y presidenta de los hogares de bienestar familiar, fue sometida al ataque de perros en sus senos, rostro y manos; Humberto Marín  asesinado por intentar evitar la muerte de Aida, era un  líder reconocido por ayudar a la juventud, reelegido 3 veces como inspector de policía,  primer inspector del corregimiento y miembro de la junta de acción comunal.

Dalwin salcedo Rangel, profesor de la escuela en Santa Cecilia, tenía 28 años de edad lideraba procesos juveniles;  Néstor Ortega Marín en el momento de la masacre era el inspector de policía del corregimiento y tenía  37 años; Ernesto Ortega Iturriago padre del inspector de policía, tenía 66 años; Libardo Ortega Duran  tenía 29 años y era agricultor y jornalero del corregimiento; Eusebio  Acuña Arrieta tenía 29 años y era un pescador en el  Rio Cesar, José  Barrera Andrade  no pertenecía al corregimiento y fue asesinado por no querer dar la leche que recolecto de sus vacas esa mañana y fue el último muerto de la masacre a la entrada del corregimiento.

Antes de que se retiraran, los perpetradores abusaron sexualmente de Katherine Marín, introduciendo armas de fuego en su cuerpo; también quemaron sus casas, hurtaron ganado, mercancía de almacenes, electrodomésticos y elementos personales, los hechos fueron sucesores del desplazamiento forzado de 350 familias, los cuales, se refugiaron en Valledupar, El Paso y Chiriguana, luego, se dio un retorno progresivo puesto que aquí las personas aún conservaban su cultura, las fuentes de su economía y el recuerdo de quienes se fueron.

El grupo paramilitar fue comandado por John Jairo Esquivel, alias “El Tigre”, quien años después fue condenado a 38 años de prisión, siendo sentenciado por delitos de homicidio agravado y hurto calificado, posteriormente, en 2013 fue capturado el desmovilizado paramilitar Víctor Manuel Hernández Ramos, alias Sabañón por la presunta participación en la masacre.

Desde 2013 se inició un proceso de reparación por parte de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Victimas (UARIV) y los hechos se documentaron por el Centro Nacional de Memoria Histórica, CNMH. Santa Cecilia, se ha enmendado y renacido de las cenizas de la destrucción paramilitar, que atormento y fracturo sus vidas, el corregimiento realiza acciones de reparación simbólica para memorar y reconstruir los hechos ocurridos ese fatídico 28 de enero, dando vida a una posterior historia del corregimiento con nuevas generaciones.

Víctimas de la Masacre de Santa Cecilia en la Memoria
Víctimas de la Masacre de Santa Cecilia Sin Olvido

Foto: Nicolás Martínez

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