27 de mayo de 2015
El 27 de mayo de 2015 fue asesinado
Juan David Quintana en el barrio popular II de la comuna 6, Medellín. Juanda, como
era llamado cariñosamente era defensor de derechos humanos, miembro de la Mesa
de Derechos Humanos del Valle de Aburrá. Era una persona apasionada por el
trabajo comunitario, egresado de la Uniminuto como comunicador social, fue
un gestor cultural y artístico y trabajó en la red de bibliotecas públicas de
la alcaldía.
Juan David, quién para entonces tenía
34 años y también se había desempeñado como un líder comunitario de la Comuna
Seis, en el barrio Doce de Octubre, en Medellín, una zona en la que además
había vivido por décadas junto a su esposa, dos hijos y su madre. Fue fundador
de Movilicémonos Pueblo un colectivo urbano desde el año 2006, el cual, además
estaba vinculado a Marcha Patriótica en Antioquia.
Lideró el Núcleo del
Pensamiento, era promotor de la lectura y bibliotecario. En el año 2011, Juan
David ingresó al Consejo de Padres de la Institución Educativa Santander y
desde allí denunció el maltrato físico y psicológico al que eran expuestos los
niños y niñas de la institución.
El líder había enviado una carta que
constataba la situación y daba cuenta de las denuncias. Luego de esto, la
respuesta fue una amenaza que lo obligó a desplazarse. Tiempo después le fue posible
retornar, es así como continúo con su labor y en el año 2015 denunció el mal manejó
que se le estaba dando a los recursos de Presupuesto Participativo y la forma en
que estos recursos públicos estaban siendo aprovechados por paramilitares.
Desde entonces, se fijó a Juanda como objetivo
militar de los criminales en Medellín. Sin embargo, reiteró las denuncias puesto que estos dineros podrían favorecer intereses políticos y criminales, haciendo énfasis en la problemática
del cobro de las “vacunas” y las pequeñas extorsiones que sostenían actividades
ilícitas en la ciudad. Al mismo tiempo, el defensor para entonces encontró un
espacio para promover sus iniciativas de lectura popular y grupos de Hip-Hop.
Luego, en 2015 mientras estaba cursando
un diplomado de artesanías en la Biblioteca España, el 27 de mayo de dicho año
fue asesinado por sicarios en una moto, quienes con sevicia perpetraron el
crimen y silenciaron esa voz que defendía la dignidad humana con 25 disparos de
una subametralladora. Juanda cayó al suelo al lado de su moto, los verdugos huyeron
impunes del lugar.
Su muerte fue consumada en un sitio en
el que existen cuadrantes de policía permanentes y posterior a los hechos la
institucionalidad quería dañar la imagen del defensor para ocultar el crimen, la
Alcaldía como la policía propagaron ideas erradas sobre Juan David, el coronel
en retiro Sergio Vargas, para entonces secretario de seguridad de Medellín
afirmó por Blu Radio que tenía antecedentes y cuestiono su condición como
defensor de derechos humanos.
Todo ello como una estrategia para
estigmatizar y perseguir la labor de este defensor. Aún siendo vilmente
asesinado su nombre fue utilizado para mantener la impunidad, sabiendo que
habría sido asesinado por paramilitares de la oficina de Envigado. Aunque el crimen
es impune y a pesar de las maniobras para manipular los hechos, Juanda y su
memoria sigue viva junto a sus ideas, con sus familiares, amigos y académicos con
los que compartió, quienes lo recuerdan hoy con un mensaje de esperanza que dice “En el mundo se ha desatado un tráfico
de sueños que no pueden detener los traficantes de la muerte”.
Juan David Quintana en la memoria
Juan David Quintana Sin Olvido