26 de Mayo de 2016. |
“Yo soy hombre del campo o mejor dicho soy campesino así que les ruego, suplico y pido, ya no más preguntas, no me jodan más” Jorge Veloza
Genaro Potes fue asesinado
el 26 de mayo del 2007 en la vereda Campo Alegre por militares del Batallón 21
Vargas de la brigada séptima del ejército y también quienes manifestaron
asesinar a los pobladores del corregimiento de Puerto Esperanza, municipio El
Castillo.
Los hechos
ocurrieron desde el sábado 26 de mayo, cuando Genaro se desplazaba desde la
casa de su hermano ubicada en la vereda Campo Alegre, del municipio El Castillo
(meta), hacia la vereda Puerto Esperanza, movilizándose a caballo. Siendo las 4
de la tarde fue detenido por militares del Batallón 21 Vargas a cargo del
comandante de apellido Ferro.
Hacía las 6:25 p.m.
en la Zona Humanitaria de la Comunidad Civil de Vida y Paz, se escuchó un explosión
y ráfagas de fusil, pero según los pobladores no se presentaron combates en el
lugar.
Con su camiseta
Blanca y pantalón azul, éste campesino tradicional de la región había sido
desaparecido sin dejar rastro. Al día siguiente se despertó la preocupación en
sus familiares y amigos e iniciaron la búsqueda exactamente el día domingo 27
de mayo, acudiendo al Ejército Nacional establecido en la zona, preguntando si
sabían algo de Genaro, pero estos desde un principio negaron que tenían en su
poder al poblador, sin embargo, la Defensoría Municipal presionó un par de
veces, y ellos indicaron nuevamente que no sabían nada.
El día 28 de mayo
en la emisora Colombia Estéreo, se informó que el Ejército Nacional se había enfrentado
con la guerrilla y que habían dado de baja a un guerrillero y en el municipio
de Granada (Meta).
Según las versiones
de algunos campesinos vecinos de la zona, que fueron testigos de los hechos,
afirmaron que Genaro fue amarrado en un cultivo de cacao, al lado de una
escuela de la vereda Campo Alegre.
El ejército ya le
había preguntado a un campesino que pasaba por el lugar en el momento de la
detención, si sabía quién era Genaro, y él indicó que lo conocía como un hombre
trabajador y honesto del lugar, aun así, los soldados ya lo habían señalado
como guerrillero.
Consecutivamente,
algunos miembros de la familia de Genaro, se dirigieron a Medicina Legal del
Municipio de Granada para solicitar la entrega del cuerpo, pero su petición fue
negada por los funcionarios, argumentando que no poseían la cedula de Genaro,
sin embargo, su familia testifica que al momento de su detención y asesinato él
llevaba sus documentos de identificación.
Los miembros del
Cuerpo Técnico de Investigación, CTI y la Fiscalía, los citaron al
reconocimiento del cuerpo, para confirmar hicieron algunas preguntas, lo
familiares al responderlas, no sabían de la cicatriz que tenía Genaro en uno de
sus dedos de la mano y les negaron la entrega de su cadáver.
Su cuerpo
manifestaba signos de tortura y un disparo en la cabeza, sin piedad y sin
justicia alguna, la vida de un ser humano, dedicado a la labor tradicional de
la región fue arrebatada por la fuerza militar.
Ante todos estos
crímenes y amenazas, la población de la región y quienes pertenecían al
Sindicato de Trabajadores Agrícolas Independientes del Meta, manifestaron gran
preocupación por todas las injusticias, ilegalidades y agresiones que realizan
las unidades de estrategia militar encubierta de la Séptima Brigada que operaba
en la zona.
Militares de la
Brigada séptima después de la ejecución y sepelio de Genaro Potes expresaron a
varios pobladores del sector, si llegaba a llamar el Coronel preguntando sobre
el combate, le respondieran que si hubo enfrentamiento y pidieron el número de
algún poblador para que reafirmaran el supuesto combate. Dejando en evidencia
el miedo de los militares frente al asesinato de un campesino y no de un
guerrillero como ellos lo sostenían.
Genaro Potes de 51
años de edad presentaba características de salud mental y físicas anormales que
se notaban a simple vista, lo cual lo hacía poseedor de un cuidado especial por
la gente que lo rodeaba, sin embargo, por parte del Ejercito Nacional estos
tratos fueron violados.
El año anterior a
su muerte Genaro ya había sido amenazado, según la declaración del registro
único de población desplazada del 2006 de la Corte Constitucional, Genaro fue
desplazado internamente del municipio El castillo de la vereda Los Alpes, hasta
la Vereda Caño Embarrado.
Hacia las tres de
la tarde, el 29 de mayo, fue entregado el cuerpo de Genaro y trasladado a
Medellín para el sepelio. Su crimen quedó en total impunidad, pues la política
de “seguridad democrática”, fue la estrategia contrainsurgente en la región del
Alto Ariari desde el 2002, presentando a campesinos, menores de edad y personas
con enfermedades mentales como “guerrilleros muertos en combate”, y por parte
de la justicia no hay investigaciones sobre la veracidad del crimen ocurrido en
Meta.
Estos crímenes
perpetrados por el Batallón XXI Vargas han dejado en la población dolor,
lágrimas, injusticia y violación de los derechos a los campesinos de la región.
Genaro Potes en la memoria.
Genaro Potes sin olvido.
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