Marzo 21 de 2006
Jaime Enrique Gómez, historiador, maestro y dirigente sindical fue desaparecido el 21 de Marzo de 2006, su cuerpo fue encontrado un mes después, el domingo 23 de Abril de 2006, luego de sufrir la desaparición forzada mientras trotaba en el parque Nacional de la Ciudad de Bogotá.
Jaime Enrique además de ser querido por su familia, amigos y alumnos por su calidad de persona, dirigente sindical desde la década del 60 fue sindicalista de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, en donde, se desempeñó como presidente del sindicato, fue promotor de la creación de la CUT, Centro Unitario de Trabajadores, fue concejal de Bogotá en los 90’s, docente de varias universidades en la capital, y se desempeñó como asesor de la ex senadora Piedad Córdoba.
El martes 21 de marzo de 2006, Jaime Enrique salió en horas de la mañana a trotar como acostumbraba en el parque nacional de la ciudad de Bogotá, a partir de este momento fue desaparecido forzadamente, y jamás se le volvió a ver con vida.
34 días después, el 23 de abril los restos, los huesos de Jaime Enrique Gómez fueron encontrados en las laderas del mismo parque en él fue desaparecido, cuando un caminante junto a su perro encontraron los restos desmembrados, allí, según su hija existieron irregularidades a la hora del levantamiento del cadáver, y en el traslado Medicina Legal.
“Días después de enterrarlo, el entonces presidente Uribe en defensa del TLC en Estados Unidos, dijo a Senadores Demócratas que lo sucedido con mi padre había sido un accidente y que tenía como demostrarlo. Desde entonces las irregularidades en Medicina Legal aumentaron, al punto que la entrega de exámenes cruciales para la investigación que corroboraban el homicidio, la tortura, el traslado del cuerpo de un lugar a otro, y el tiempo de muerte, se demoraron demasiado tiempo sin ninguna justificación. En octubre de 2007, la Fiscalía reconoció públicamente que mi padre fue asesinado.”
Un año después, ante la impunidad, la afirmación de la memoria. Un año después, las palabras de Diana en el sepelio de su padre el 29 de abril de 2006:
“Sábado, 29 de Abril de 2006
A Jaime, mi Padre
De Diana, su niña
Hubiese querido verte de pie, caminando, darte un abrazo, verte reír y escucharnos. Tener paciencia para saber de tu propia boca y desde tu dolor lo que pasó. Contarte todo lo que hicimos por lograr que te liberaran, que recibimos muchos correos, cartas, solidaridad, que mucha gente caminó y gritó a nuestro lado por tu libertad, por el respeto de tu vida y el de disentir.
Muy rápido cuando supe que te habían llevado pensé que no aguantabas mucho, que primero ponías tu dignidad y acelerabas lo que tuviera que venir. Sin embargo me dejé, nos dejamos atrapar por la esperanza. Creí, creímos, que era posible que estuvieras vivo. Y sí, estabas y seguirás vivo, es tu fuerza, eres tú, son tus convicciones, tus ideas, las que nos movieron a caminar, a exigir, a hablar, a quitarnos la parca de encima aunque fatalmente en este momento histórico muchos se empeñen en que sea nuestro presente y nuestro futuro.
No te pude ver de pie, tampoco tuve un cuerpo yerto que abrazar, entonces me tuve, nos tuvimos que enfrentar a la realidad, sólo trozos de ti, sólo huesos pude ver. Huesos, tristes huesos, desarticulados como está el país. Me detengo y pienso, sí, sólo huesos, pero tus huesos. Hicimos y deshicimos hasta que logramos que tu historia no fuera la misma de muchos desaparecidos. Tuvimos tus restos. Al menos eso. Y rápido. Este acto, como muchos actos, es un rito de paso, una puesta en escena que como todo lo tuyo lo reinventamos. Al estar en construcción puede tener muchos desenlaces, como nos gusta lo colectivo, lo que pase de hoy en adelante puede ser resultado de un libreto construido entre todas y todos….
Jaime, mi padre, nuestro padre, el esposo, el hijo, el hermano, el tío, el primo, el amigo, el ciudadano era/es el comprometido con la democracia. Jaime, el que creció con algunas privaciones y ganas que brotaban desde sus entrañas por ayudar a la gente fue el hombre coherente que se dio la vida que quiso darse. Es el bacán. Es el padre que es amigo, es el amigo que es solidario, es el hombre solidario que es comprometido. El sindicalista, el concejal, el activista social, el político. El que ensayó opciones y quizás por eso nunca dogmático ni sectario. El que amó a más no poder…. Jaime fue asesinado, pero no se llevan con su cuerpo su legado, un humanista más sigue vivo en las ideas que aunque no se quiera siempre están vivas. Te quiero Papi. Gracias por todo lo que me has dado…”
A Jaime, mi Padre
De Diana, su niña
Hubiese querido verte de pie, caminando, darte un abrazo, verte reír y escucharnos. Tener paciencia para saber de tu propia boca y desde tu dolor lo que pasó. Contarte todo lo que hicimos por lograr que te liberaran, que recibimos muchos correos, cartas, solidaridad, que mucha gente caminó y gritó a nuestro lado por tu libertad, por el respeto de tu vida y el de disentir.
Muy rápido cuando supe que te habían llevado pensé que no aguantabas mucho, que primero ponías tu dignidad y acelerabas lo que tuviera que venir. Sin embargo me dejé, nos dejamos atrapar por la esperanza. Creí, creímos, que era posible que estuvieras vivo. Y sí, estabas y seguirás vivo, es tu fuerza, eres tú, son tus convicciones, tus ideas, las que nos movieron a caminar, a exigir, a hablar, a quitarnos la parca de encima aunque fatalmente en este momento histórico muchos se empeñen en que sea nuestro presente y nuestro futuro.
No te pude ver de pie, tampoco tuve un cuerpo yerto que abrazar, entonces me tuve, nos tuvimos que enfrentar a la realidad, sólo trozos de ti, sólo huesos pude ver. Huesos, tristes huesos, desarticulados como está el país. Me detengo y pienso, sí, sólo huesos, pero tus huesos. Hicimos y deshicimos hasta que logramos que tu historia no fuera la misma de muchos desaparecidos. Tuvimos tus restos. Al menos eso. Y rápido. Este acto, como muchos actos, es un rito de paso, una puesta en escena que como todo lo tuyo lo reinventamos. Al estar en construcción puede tener muchos desenlaces, como nos gusta lo colectivo, lo que pase de hoy en adelante puede ser resultado de un libreto construido entre todas y todos….
Jaime, mi padre, nuestro padre, el esposo, el hijo, el hermano, el tío, el primo, el amigo, el ciudadano era/es el comprometido con la democracia. Jaime, el que creció con algunas privaciones y ganas que brotaban desde sus entrañas por ayudar a la gente fue el hombre coherente que se dio la vida que quiso darse. Es el bacán. Es el padre que es amigo, es el amigo que es solidario, es el hombre solidario que es comprometido. El sindicalista, el concejal, el activista social, el político. El que ensayó opciones y quizás por eso nunca dogmático ni sectario. El que amó a más no poder…. Jaime fue asesinado, pero no se llevan con su cuerpo su legado, un humanista más sigue vivo en las ideas que aunque no se quiera siempre están vivas. Te quiero Papi. Gracias por todo lo que me has dado…”
Cinco años después de que la Fiscalía reconoció que Jaime Enrique fue asesinado el caso se asignó al sexto Fiscal, el cual inicia desde la investigación, donde se ignoran las causas políticas del asesinato y el hecho de que Jaime Enrique estaba en la listas de Departamento de Seguridad del Estado, DAS.
Siete años más tarde se conoce que los restos encontrados de Jaime indican evidente signos de muerte violenta, sin embargo, el hecho no obtuvo la investigación pertinente, manteniendolo en impunidad total.
Siete años más tarde se conoce que los restos encontrados de Jaime indican evidente signos de muerte violenta, sin embargo, el hecho no obtuvo la investigación pertinente, manteniendolo en impunidad total.
Luego del asesinato de Jaime Enrique Gómez su familia, sus amigos, las organizaciones con las que trabajaba, aún piden justicia y exigen que la verdad desmorone la impunidad, su hija Diana Gómez y su hermano Juan Sebastian, sigue siendo objeto de intimidaciones, seguimientos y amenazas por paramilitares de las Aguilas Negras, teniendo que abandonar su País.
Una memoria viva demanda justicia.
Una memoria viva demanda justicia.
Jaime Enrique Gómez en la Memoria.
Jaime Enrique Gómez Sin Olvido.
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