20 de noviembre de 1986
Eduardo
Loffsner Torres fue un hombre de compromiso político, motivo que lo condujo a
organizar el Sindicato de Trabajadores la Universidad Pedagógica Nacional,
donde, era trabajador de servicios generales, desde su labor siempre trato de
exigir justicia social y procuró hacer paz.
Por su
liderazgo social y político desde febrero de 1979 y marzo de 1983 fue detenido
en la cárcel La Picota en Bogotá, luego de que miembros del Ejército Nacional lo
detuvieran y lo torturaran, por oponerse al Estatuto de Seguridad del gobierno
de Julio César Turbay, hechos que fueron constatados por
medio de un informe de Amnistía Internacional.
Mientras
estuvo preso, conoció a Luz Marina Hache, quien era funcionaria del Comité de
Solidaridad de Presos Políticos y también, dirigente sindical en Sintrabanca,
sindicato del Banco Cafetero, y luego se convertiría en su esposa. Cuando Eduardo obtuvo la libertad, su labor política
no ceso, movilizandose constantemente entre Barrancabermeja y Bogotá.
En 1986,
desde el 16 de noviembre, Luz Marina había realizado un viaje a
Santa Marta por su trabajo, en ese tiempo Eduardo se mantuvo en comunicación; el día 18 de noviembre sobre la 5 de la tarde, le dijo a su
esposa que la llamaba el 20 para saber cómo le fue y hablarían de encontrarse
el 22 de noviembre en el lugar de siempre; el aeropuerto El
Dorado, pero Luz Marina se quedó esperando esa llamada, hasta el día de hoy.
Es así como el 20 de noviembre de 1986 fue desaparecido en la ciudad de Bogotá. Desde ese mismo momento, Luz Marina, inició su búsqueda encontrando más incertidumbres que respuestas.
La cama estaba tendida, un libro abierto encima de la mesa,
una rosa amarilla en su florero que era una botella de Postobón y sobre la cama
un papelito -él siempre acostumbraba a dejarme notas “amor tal cosa…” un papel
de esos. Fui a buscarlo inmediatamente donde una compañera que se llamaba Olga
y la respuesta que me dijo: “¿Cómo así el negro no estaba con usted?”
La pérdida fue muy
dolorosa, pero Luz Marina siguió adelante con la lucha motivada por la memoria de su esposo. En la actualidad, como lo ha
hecho toda su vida, trabaja por los derechos humanos; legado que transmitió a sus hijos quienes desde
diferentes lugares, de diferentes maneras de expresar y desde diferentes roles,
también defienden, exaltan y promueven los derechos humanos y la memoria de su padre.
Desde aquel
noviembre, se arrebató la vida de Eduardo y para su familia inicio una lucha en
contra de la violencia política, ha hecho frente al silencio y el olvido que se
quiere imponer.
La memoria ha sido un elemento muy valioso para mantener vivo al “Negro” como cariñosamente lo llamaban sus familiares y amigos. Hoy, la desaparición forzada de Eduardo es un crimen más de terrorismo de Estado, donde la desaparición es total frustración no solo para las víctimas, sino ante el perdón y la reconciliación, por eso se exige saber la verdad para que esto no ocurra nunca más y para que sea posible un país con un futuro mejor.
La memoria ha sido un elemento muy valioso para mantener vivo al “Negro” como cariñosamente lo llamaban sus familiares y amigos. Hoy, la desaparición forzada de Eduardo es un crimen más de terrorismo de Estado, donde la desaparición es total frustración no solo para las víctimas, sino ante el perdón y la reconciliación, por eso se exige saber la verdad para que esto no ocurra nunca más y para que sea posible un país con un futuro mejor.
Eduardo
Loffsner Torres en la Memoria
Eduardo
Loffsner Torres Sin Olvido
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