martes, 19 de junio de 2012

Pedro Malagón y Elda Malagón

20 de junio 1996 - 20 de junio 2012



Un jueves 20 de junio de 1996, asesinaron a Pedro Malagón y a su hija Elda Milena Malagón en la ciudad de Villavicencio. El día del crimen, Pedro se encontraba en el antejardín de su vivienda en el barrio “El Paraíso”, cuando aparecieron en su residencia un grupo de hombres armados de la estrategia militar encubierta del Batallón 21 Vargas de la brigada séptima del ejercito y dispararon en contra de Pedro. Elda Milena quien tenía 17 años de edad, intentó proteger a su padre abrazándolo, pero murió en el intento.
Pedro Malagón fue diputado a la Asamblea Departamental del Meta por la Unión Patriótica, integrante del comité cívico de Derechos Humanos del Meta, muchos de los miembros ya habían sido asesinados, y él ya había recibido diversas amenazas de muerte y varios atentados, uno de ellos fue organizado por Pedro Bárreto, comandante del puesto de policía de Medellín del Ariari  en conjunto con  los  paramilitares bajo el mando de Víctor Carranza el 11 de febrero de 1987.
 La familia Malagón siempre fue perseguida por  amenazas de muerte, por lo cual se vieron obligados a huir de los caseríos de Viotá, en Cundinamarca, para refugiarse en el Ariari, explorando otros horizontes donde existiera menos violencia. Desde ese entonces Pedro siendo menor de edad se  consagró al campo con sus padres.
Pedro Creció en el Meta, presenciando todos los cambios organizativos de los movimientos agrarios, por eso desde su juventud se interesó por las luchas de la tierra y su comunidad, logrando ganarse el afecto de las personas que lo rodeaban. Como militante y defensor  viajó de un lado a otro, entre los municipios de , Granada, El Castillo, Lejanías y  Mesetas. Tiempo después de nacer la Unión Patriótica, fue elegido como diputado  a  la asamblea del Meta y posteriormente concejal del Castillo.
Conocido por ser un campesino  sin temor a tomar nuevos riesgos en medio de los crímenes cometidos contra la Unión Patriótica, comenzó con su vida política en 1984, siendo reelegido nuevamente a la Asamblea de la región del Castillo en 1996.
Para ese entonces ya habían más de  500 asesinados todos miembros de  la Unión Patriótica en el departamento del Meta, entre estos 500 se encontraba el diputado Rafael Reyes Malagón, hermano de Pedro, el senador Pedro Nel Jiménez,  varios alcaldes, decenas de concejales y cientos de activistas.
 Pedro, Cada vez que iba a su oficina de diputado en Villavicencio recibía amenazas. Y unos días antes de su muerte, el ejército allanó la casa del partido comunista, .  Decomisando varios accesorios de seguridad como revolveres   chalecos antibalas  pertenecientes  al servicio de seguridad de Pedro.
El 20 de junio de 1996, sintiéndose más seguro en casa y agobiado por un dolor de ojos, decidió no ir a su oficina. A las 6 de la tarde salió al antejardín de su casa para examinar unas reparaciones que adelantaba.
En el momento, dos sicarios, de los cuales Pedro ya identificaba  como uno de los que lo había amenazado en repetidas ocasiones,   y quienes habían rentado una habitación en la casa de enfrente, atentaron contra la vida de Pedro entrando repentinamente al patio  en donde el se encontraba con su hija Elda, una vez adentro les disparo. Pedro recibió un disparo en la cabeza y Elda queriendo proteger a su padre, recibió dos disparos  que también acabaron con su vida.
El día del sepelio, acudieron miles de campesinos, recordando a Pedro como un acompañante excepcional en la lucha por la tierra, el que siempre estuvo presente por  la defensa de los derechos de su comunidad, el que tenía un carisma que los envolvía de alegría, el “viejo Peter” así lo llamaban de cariño, asesinado a sus 60 años de edad.  Obligado a dejar a su familia de  siente hijos y su esposa.
Protegiendo a su padre con un abrazo, Elda Milena también perdió la vida, ambos, padre e hija, asesinados por la estrategia militar encubierta de la brigada 7 del ejército.
El recuerdo de Pedro y Elda queda en la memoria de los familiares, de los campesinos de la región, de los sobrevivientes que tienen la posibilidad de terminar los sueños, las afirmaciones de derechos sobre la tierra, la verdad y la justicia.
La justicia internacional culpó al Estado por negligencia en la protección de Pedro Malagón  y fue sentenciado por la Comisión interamericana de Derechos Humanos. Sin embargo, no hay investigados, no juzgados, ni condenados, este crimen continua en la impunidad, los asesinos materiales e intelectuales de Pedro y Elda gozan de libertad.

 Pedro y Elda Malagón en la memoria…
Pedro y Elda Malagón sin olvido…


Sin Olvido

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