
18 de abril de 1998
De los pocos amigos. Aquellos en los que se puede confiar, en lo que se reconocen las mutuas debilidades, en las que se guardan secretos de la vida. Los amigos a los que se les reconoce su inigualable valor. A los que se les pueden decir lo que se piensa y lo que se cree. Aquellos en los que mutuamente se puede hablar en desparpajo, con los que se puede compartir la dulce amargura de la vida, con los que se puede llorar,...