Hace 25 años, en Abril de 1990 en el municipio de Trujillo, ubicado en el norte del Departamento del Valle del Cauca el Padre Tiberio junto con su sobrina fue llevado a la fuerza por paramilitares, quienes posteriormente les arrebataron la vida.
Durante todo este, cada noche mes los pobladores de Trujillo sufrieron la repetida violencia, las desapariciones, el saqueo de sus casas, ocasionada por paramilitares en colaboración con las fuerzas Militares del País.
El Padre Tiberio estudió en la Universidad Javeriana, e hizo una especialización en cooperativismo, en Israel, fue párroco de Tuluá y de Andaluciá, además formó líderes comunitarios en la Universidad Campesina de Buga.
A sus 42 años llego como párroco a Trujillo, en donde se encargo de unir a los y las campesinas, en lo que llamó Empresas Comunitarias, en las cuales las se encontraban producciones de panaderías, ebanisterías, tiendas, cerrajerías, cultivos de mora, de lulo, de café, entre otras, lo que hizo que todo Trujillo le cogiera un gran cariño.
La negación al silencio, la impunidad y a abandonar a los pobladores de Trujillo ocasionaron que el 17 de este mes, el Padre Tiberio y su sobrina fueron sacados del pueblo, y luego de obligar al padre Tiberio a ver como violaron y asesinaron a su sobrina lo torturaron, lo desmembraron y tiraron sus restos a Río Cauca.
Su cuerpo fue encontrado el 24 de Abril, lo que ocasionó que todo el pueblo se sumergiera en llanto y dolor.
A pesar de que el 31 de Enero de 1996, el Estado reconoce su responsabilidad en la Masacre, Trujillo es condenada al olvido y a la impunidad. El caso fue llevado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y sin embargo el Coronel Alirio Antonio Urueña Jaramillo es absuelto, andando libre por casi 18 años, sólo 11 años después, alias “El alacrán” es judicializado, pero únicamente por narcotráfico. Diego Montoya, un capo de la región siquiera había sido vinculado a tal episodio. El municipio sufrió además el abandono del estado y del pueblo colombiano, sufrimiento que sólo puede reproducir la violencia.
El Padre Tiberio sigue vivo en la enseñanza que le dejó al pueblo de Trujillo, murió comprometido con la gente y no en vano, porque la lucha continúa, persiste en quienes decidieron no callar.
Padre Tiberio en la Memoria.
Padre Tiberio Sin Olvido.
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