miércoles, 8 de enero de 2014

Hortensia Neyid Tunja Cuchumbe y Manuel Tao Pilimnue



Hace 8 años fueron segadas las vidas de Hortensia Neyid Tunja Cuchumbe de 17 años de edad y de Manuel Tao Pilimnue de 21 años de edad, por unidades militares adscritas al Batallón “Cacique Pigoanza” con sede en Pitalito, departamento del Huila.

Con el asesinato de estos dos jóvenes no solo afectaron a sus familias, toda la comunidad se sintió devastada en medio de la celebración de la tradicional fiesta de reyes, silenciada por los tiros de fusil propiciados por los militares.

El 8 de Enero de 2006, a las 3:20 de la mañana militares detuvieron la moto en la que se transportaban Hortensia, Manuel y Wlliam, quienes se dirigían a San Antonio Cauca. Los jóvenes salían de Belén en donde se desarrollaba la fiesta de reyes hacia sus casas, los militares se encontraban escondidos a orillas de la carretera entre un guadual y de repente dispararon sus fusiles dejando sin vida a Hortensia y Manuel, por su parte, William quedó gravemente herido y para salvar su vida logró escapar arrastrándose hasta llegar a San Antonio en donde avisó lo que había sucedido.

Mientras tanto los militares modificaron la escena del crimen cubriendo los rostros de Hortensia y Manuel con pasamontañas, pretendiendo justificar sus asesinatos señalándolos como guerrilleros dados de baja.

Su afán de justificar su operación dentro de la jurisdicción que les correspondía, sobrepasó los límites y el accionar ilegal de las fuerzas armadas, y a pesar de la presión hecha por la comunidad y los familiares, los militares arrastraron los cuerpos de Hortensia y Manuel a la población de Valencia, donde los arrojaron sobre la orilla del camino que limita con los departamentos del Cauca y Huila.

Para asegurar la impunidad los militares transportaron los cuerpos de Hortensia y Manuel a la Plata, Huila y allí realizaron el levantamiento de los cuerpos impidiendo los procedimientos legales y evitando la recolección de pruebas fundamentales para una posterior investigación. 

No siendo suficiente con esto, los nombres de las víctimas y sus familias fueron humillados, Hortensia y Manuel fueron exhibidos ante los medios de información como guerrilleros dados de baja en combate y a quienes supuestamente les habían incautado equipamiento de uso militar.

Entre tanto William José Cunacue Medina fue llevado por sus familiares al hospital de la Plata Huila, en donde lograron recuperarlo de sus graves heridas, sin embargo durante su recuperación William fue hostigado, perseguido y amenazado. En cuanto los militares se enteraron de su presencia en el hospital William fue sacado en un camión del ejército y transportado a un calabozo de la policía de la Plata donde iniciaron un proceso de judicialización en el que lo acusaban de rebelión, solo hasta 4 años después William quedó absuelto de estos cargos.

A un año de los asesinatos las familias de Hortensia y Manuel acompañadas por la comunidad de San Antonio, construyeron una Gruta que simboliza el camino de la memoria, este acto de religiosidad popular dio paso a la construcción de una memoria colectiva, la Gruta de la Vida, como la llaman las madres de las víctimas, se encuentra en el lugar exacto en donde cayeron los cuerpos de Hortensia y Manuel. 

2 años después, Luz Marina, madre de Hortensia, donó al municipio la casa donde su hija había nacido, entonces la comunidad de San Antonio restauró la casa y la declaró como espacio de memoria, espacio de encuentro comunitario, de aprendizaje, de reflexión y de exhumación de los sueños…

6 años después, en 2012, mediante la sentencia 320, el Juzgado Octavo Administrativo de Popayán, ordenó a la Nación, Ministerio de Defensa y al Ejército Nacional reconocer públicamente su responsabilidad en un acto de perdón.

El 17 de febrero de 2012 la comunidad y los familiares de Manuel y Hortensia se alistaban para recibir el perdón de los militares sin embargo, el día anterior hacia las 8 de la noche, las familias recibieron un mensaje de texto a un celular en el que decían que por “cuestión de seguridad”, no podían ir a cumplir el compromiso, Los familiares de las víctimas consideraron que esto fue una burla más.

Finalmente el 10 de marzo, el ejército nacional de Colombia pidió públicamente perdón a las familias, el lugar escogido por los familiares de las victimas fue la Gruta, pero los militares, del batallón Piguanza en cabeza del coronel López y el teniente Herrera, Hasta última hora intentaron cambiar el lugar del acto, rechazando hacerlo en el monumento de la memoria la “Gruta de la Vida”, ellos pretendían hacerlo en un lugar cerrado como una casa de acción comunal, pero La digna firmeza de los familiares hizo que todo se realizará en la Gruta donde se encuentra un pequeño montículo que recuerda a todos los que allí transitan lo que sucedió ese 8 de enero de 2006.

 


Desde hace 8 años la comunidad de San Antonio, las familias de Hortensia y Manuel han afirmado la dignificación de sus víctimas. Las familias día a día reafirman la memoria frente a la impunidad y mantienen la firme convicción que lo único que les queda es luchar por su comunidad.

Hombres y mujeres que exigen el derecho a la no repetición de estos violentos hechos. Mujeres y hombres que dignifican su proceso comunitario y colectivo ante la impunidad y la inequidad estatal.

Hortensia Tunja Cuchumbe y Manuel Tao Pilimnue en la Memoria.
Hortensia Tunja Cuchumbe Manuel Tao Pilimnue Sin Olvido.

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