viernes, 18 de mayo de 2012

Rogelio Martínez Mercado

18 de mayo 2010 - 18 de mayo 2012


Tres tiros segaron su vida, tres tiros en su cabeza, pretendieron sepultar su pensar y su corazón, eso fue en la noche del 18 de mayo, hace dos años, cuando iba a encontrarse con su amor, su amada Julia, su familia y su tierra la finca La Alemania, municipio de San Onofre, Sucre.


Desde 1996 se desarrollaron las operaciones paramilitares en Montes de María y Sucre, pero solo fue hasta 2001 cuando lograron controlar el perímetro rural en donde Rogelio, su familia y los copropietarios de la Cooperativa "La Alemania" habitaron la tierra en una propuesta colectiva.

Alias “Rubén”, lugarteniente del jefe paramilitar Rodrigo Mercado Peluffo, “Cadena” del Bloque Héroes de los Montes de María, dio la orden de desalojar porque "el patrón" necesitaba las tierras. La finca "La Alemania" luego del desplazamiento, del despojo fue convertida en desarrollo de la estrategia paramilitar, allí se perpetraron torturas, asesinatos y desapariciones forzadas.

Rogelio en un relato decía que la tierra lo era todo para el amor, luego de recibir la titulación de la propiedad en 1997. Hacia memoria que el amor enfrentaba la ambición. Los «paras» cobraban 5 mil pesos por cabeza de ganado, con un crédito la comunidad logró adquirir 600 reses que finalmente fueron robadas por las mismas estructuras criminales.

Ya desarraigados, las deudas de la cooperativa aumentaron en más de mil millones de pesos hasta que la propiedad entró en embargo y finalmente en remate.

En todo este proceso el INCODER, fijado a una leyes distantes de las condiciones de violaciones sistemáticas de derechos humanos, legitimaban el embargo.

Ese amor que siempre llevó a Rogelio a imaginar posibilidades de dignidad en 2007 motivaron a construir una propuesta por el retorno, junto con sus amores y unas familias decidieron regresar y exigir la restitución de la finca "La Alemania".

Su asesinato en desarrollo de la misma estrategia paramilitar que él denunció no ha sido absolutamente esclarecido. La estructuras criminales continuaron intactas, reflejo de la impunidad y del soporte institucional a una estrategia de control social, político, económico y por supuesto militar.

El 9 de abril de este año un fallo de segunda instancia confirmó la responsabilidad individual de Mario de Ávila Díaz por su homicidio. Junto con Ávila, había al menos 5 personas más que participaron en el crimen, todos, incluso Àvila, se encuentran libres a pesar de las órdenes de captura. No existe ninguna voluntad cierta que se muestre en el proceso penal para esclarecer y determinar las responsabilidades de agentes del Estado,de empresarios y de los ordenadores del crimen.

El entusiasmo con que el gobierno de Santos celebró la condena de Ávila está lejos de satisfacer las demandas de verdad, de de justicia y de reparación. Todo parece ser parte de una costumbre, crear una eficacia simbólica del derecho que sirve en el fondo a la impunidad.

Los victimarios pretendieron acabar con el pensamiento amor de Rogelio, a pesar del dolor de su muerte violenta, su pensamiento amor trasciende, está en su amor, en su familia, en sus amigos, en quienes son parte de esos miles de reclamantes de tierras que afirman su dignidad en un proyecto donde la restitución sea parte de una nueva democracia.

Bogotá, D.C. mayo 18 de 2012
Sin Olvido

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